sábado, 14 de mayo de 2011

A la conquista de la luz

"En última instancia, en el mundo solo hay dos categorías de personas: las que se quedan en casa y las que no. (Rudyard Kipling)."

El pasado 7/8 de mayo, cinco aguerridos montañeros (Antonio Martínez Rúa, Daniel Alamo, Francisco José Jimenez Manzano, Juan Carlos Heredero Lázaro y Vicente Benedito) y yo, nos dirigimos al Pirineo central en busca de la luz. La fotografía, quizá esta vez, era una simple excusa para reencontrarse con unos y conocer a nuevos amigos. La verdad es que el fin de semana no dio tanto fotográficamente como nos hubiese gustado, pero a pesar de los pesares, lo pasamos bien… y algo nos pudimos traer.


La primera sesión se programó en los Ibones de Villamorta, un lugar relativamente próximo a la Besurta, que es donde habíamos aparcado los vehículos. La verdad es que el amanecer prometía, pero poco a poco la mañana fue cerrándose, dejándonos unos cielos muy plomizos. Aquí quiero dejar un sentido homenaje a mi filtro polarizador… compañero de tantas aventuras, que cayó en acto de servicio, arriesgando su cristal por salvar a mi sigma 10-20 y a mi 7D… siempre había hablado maravillas de él.
Por lo que me costó, el simple hecho de que polarizara ya era un logro… si además ahora me salvó alrededor de 2000 euros, no puedo dejar de pensar que es la compra más rentable que habré hecho en mi vida. Aquí dejo la última imagen que hice con él…
Después de esto bajamos al coche a reponer fuerzas y emprendimos excursión hacia Aigualluts, la lluvia arreció y no se pudo hacer nada mínimamente decente, pero desde luego me quede con la sensación de que hay que volver y aprovechar ese lugar como se merece. Como el día -la meteo había acertado- no parecía ofrecer mucho más, decidimos bajar al pueblo de Benasque a hacer algo de turismo gastronómico… que tampoco va mal, de vez en cuando. Además planificamos el amanecer del día siguiente y, se acordó que subiríamos a los Ibones de Alba. Una excursión algo más larga, pero que nos permitirían una visión algo distinta de aquel valle.
De la ascensión prefiero no hablar -jajajaja-. Esta vez sí el día se comportó y, al despertar nos regaló unas preciosas luces… y, sobre todo, una "hora azul" preciosa. Sufrí para llegar allí, pero sinceramente, al intentar encuadrar la primera imagen ya se me había olvidado todo -o casi…-. Al acabar el espectáculo, como llegamos nos fuimos.



Los miembros de la salida que íbamos desde Cataluña -Catalunya, como se prefiera-, parecíamos no tener suficiente y decidimos para a ver si encontrábamos algo más en Montserrat. Fueron un par de horas esperando, jugando, componiendo… y, de repente, llegó… allí estaba la luz… esperando a que nosotros la inmortalizáramos.



Un recuerdo para todos los que estuvieron en Benasque y con los que tan buenos ratos pasé. Y otro para todos aquellos que por un motivo u otro no pudieron estar… esperemos que sea a la siguiente.

Espero en la próxima volver al tono más meditativo de otras entradas… ya voy tomando ideas. Buenas luces.