"Doce fotografías significativas, en un año cualquiera, son una buena cosecha. (Ansel Adams)."
Llega el momento de hacer balance. De echar la vista atrás y ver que se ha conseguido durante el año.
Por fortuna la fotografía de paisaje nos ofrece muchas cosas que no quedan registradas en la tarjeta de memoria, aunque nosotros pongamos el máximo empeño en que el espectador las sienta igual que lo hicimos nosotros. El sueño, el frío, el miedo... nos hacen mirar nuestras imágenes de una forma completamente diferente... pero sin todas esas sensaciones, a muchos, no nos habría enganchado esta afición. Gracias a buscar esa luz, ese lugar y esa foto... durante un breve espacio de tiempo nos sentimos algo más vivos y, además, mucho más aferrados a lo bello y efímero que es cuanto nos rodea.
Os dejo esta selección de doce fotografías tomadas durante el 2011. No sé si serán las mejores... aunque he intentado que así sea. La idea era que el mayor número de meses estuviesen representados y, por ese motivo, quizá alguna ha quedado fuera, mereciéndose estar aquí más que otras... ¡¡¡pero eso es tan subjetivo!!!
Para finalizar... seguramente estas no serían fotografías significativas para Ansel Adams, pero son mis 12 del 2011, y espero que las disfrutéis con la misma ilusión con que yo las muestro.
Bueno, hasta aquí por el 2011... el año que viene más, e intentaremos que mejor!!!
sábado, 31 de diciembre de 2011
martes, 13 de diciembre de 2011
La tensa espera
"El misterio es la cosa más bonita que podemos experimentar. Es la fuente de todo arte y ciencia verdaderos. (Albert Einstein)."
Pues eso... seguimos rodeando de misterio esta presentación de la nueva temporada de los chicos de North Photo Tours...
Esperemos que con tanta intriga, no nos hagan perder el norte...
Pues eso... seguimos rodeando de misterio esta presentación de la nueva temporada de los chicos de North Photo Tours...
Esperemos que con tanta intriga, no nos hagan perder el norte...
miércoles, 26 de octubre de 2011
Into the road
"Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca debes rogar que el viaje sea largo, lleno de peripecias, lleno de experiencias". (Konstantínos Kaváfis)".
Vuelvo a la carga con las imágens de este último verano. Dicen que el verano es una mala época para la fotografía de paisaje... y no se equivocan, pero las circunstancias mandan. Y, desde luego, no hay situación a la que dedicar tiempo, poner algo de ilusión y un poco de pericia no pueda sobreponerse.
Demasiado tiempo llevaba sin mostrar nada de lo que andaba haciendo, así que se me ha acumulado bastante material. No he encontrado mejor vía para mostrarlo que con el siguiente vídeo. No hay mucho que contar, así que ésta será una entrada corta en texto, pero rica en experiencias... como podréis ver y como anticipaba la frase de la introducción.
Espero no demorarme tanto en la próxima entrega, pues obviamente se sigue recopilando material. Así que volveré en breve, para seguir compartiendo ideas, curiosidades y reflexiones.
Vuelvo a la carga con las imágens de este último verano. Dicen que el verano es una mala época para la fotografía de paisaje... y no se equivocan, pero las circunstancias mandan. Y, desde luego, no hay situación a la que dedicar tiempo, poner algo de ilusión y un poco de pericia no pueda sobreponerse.
Demasiado tiempo llevaba sin mostrar nada de lo que andaba haciendo, así que se me ha acumulado bastante material. No he encontrado mejor vía para mostrarlo que con el siguiente vídeo. No hay mucho que contar, así que ésta será una entrada corta en texto, pero rica en experiencias... como podréis ver y como anticipaba la frase de la introducción.
Espero no demorarme tanto en la próxima entrega, pues obviamente se sigue recopilando material. Así que volveré en breve, para seguir compartiendo ideas, curiosidades y reflexiones.
viernes, 17 de junio de 2011
De la realidad a la… ¿verdad?
"Si limitamos nuestra visión al mundo real, nos debatiremos para siempre en el lado pobre de las cosas y, trabajaremos solo para que nuestras fotografías igualen los que vemos ahí fuera, sin superarlo nunca. (Galen Rowell)".
Las primeras veces que salimos a fotografiar cometemos muchos errores. Elegir malos momentos de luz, falta de síntesis en el momento de componer, falta de enfoque por mal uso del autoenfoque -acostumbraos lo antes posible al enfoque manual, veréis que no supone problemas… y sabréis que si hay error es por vosotros, no por errores mecánicos-… Pero, bajo mi punto de vista, hay uno que tardamos mucho -demasiado- tiempo en comprender. Pretendemos que nuestra cámara capte lo que están viendo nuestros ojos, y eso es, sencillamente, imposible.
Imposible, para mi, por dos motivos fundamentales. Un motivo, según pienso el más obvio, es fisiológico -o biomecánico-. Nuestra cámara de fotos jamás podrá ver como nuestros propios ojos, no se ha inventado -de momento y, espero que sea así durante bastante tiempo- ningún sensor capaz ni tan siquiera de aproximarse al rango dinámico del ojo humano. Pero además y, esta es una afirmación más personal, existe un motivo emocional -o sentimental, si queréis-.
Nuestro cerebro tiende a idealizar la escena que fotografiamos. Nuestra cabeza dibuja fielmente las líneas que dan profundidad, aísla los elementos de interés sin interferencias y nos muestra la imagen con un nivel de detalle y nitidez extraordinarios. Por eso, lo normal al volver de una de esas primeras sesiones fotográficas es tener cierta sensación de desanimo… se suele pensar que aquello no era exactamente lo que habíamos visto y, en realidad, lo que sucede es justo lo contrario, te has traído imágenes tremendamente parecidas a lo que has visto… que no necesariamente era lo mismo que querías fotografiar.
Llega un momento en el que te das cuenta de que necesitas pensar más en cómo ve tu cámara que en como ves tú. Una determinada focal te dará una determinada perspectiva, un tiempo de exposición más largo dibujará texturas que no ves realmente… en ese momento pasas a jugar con el paisaje. De representar la realidad, pasas a representar "la verdad" del paisaje. No una verdad universal y necesaria, pero sí desde luego, TU verdad… la que TÚ pretendes mostrar. A partir de ese momento el paisaje se transforma en medio para un fin, no es tan importante el paisaje "per se" que lo que pretende comunicar. Así nuestra visión fotográfica pasa a ser artística -siempre según mi opinión- ya que deja a un lado la realidad, es más, se despoja de ella para mostrarnos una verdad que estaba allí, latente.
Desde hace tiempo que los debates acerca de lo real o no de las fotografías me generan algo de malestar, soy de la opinión que las fotografías que llegan a transmitir -que nos remueven algo por dentro- se han despojado de cualquier atisbo de realidad… y nos muestran una "verdad" que estaba mucho más allá.
Espero volver en breve con más… hasta entonces, como decían en una serie televisiva de los 90's, recordad que la verdad está ahí fuera. Un cordial saludo.
Las primeras veces que salimos a fotografiar cometemos muchos errores. Elegir malos momentos de luz, falta de síntesis en el momento de componer, falta de enfoque por mal uso del autoenfoque -acostumbraos lo antes posible al enfoque manual, veréis que no supone problemas… y sabréis que si hay error es por vosotros, no por errores mecánicos-… Pero, bajo mi punto de vista, hay uno que tardamos mucho -demasiado- tiempo en comprender. Pretendemos que nuestra cámara capte lo que están viendo nuestros ojos, y eso es, sencillamente, imposible.
Imposible, para mi, por dos motivos fundamentales. Un motivo, según pienso el más obvio, es fisiológico -o biomecánico-. Nuestra cámara de fotos jamás podrá ver como nuestros propios ojos, no se ha inventado -de momento y, espero que sea así durante bastante tiempo- ningún sensor capaz ni tan siquiera de aproximarse al rango dinámico del ojo humano. Pero además y, esta es una afirmación más personal, existe un motivo emocional -o sentimental, si queréis-.
Nuestro cerebro tiende a idealizar la escena que fotografiamos. Nuestra cabeza dibuja fielmente las líneas que dan profundidad, aísla los elementos de interés sin interferencias y nos muestra la imagen con un nivel de detalle y nitidez extraordinarios. Por eso, lo normal al volver de una de esas primeras sesiones fotográficas es tener cierta sensación de desanimo… se suele pensar que aquello no era exactamente lo que habíamos visto y, en realidad, lo que sucede es justo lo contrario, te has traído imágenes tremendamente parecidas a lo que has visto… que no necesariamente era lo mismo que querías fotografiar.
Llega un momento en el que te das cuenta de que necesitas pensar más en cómo ve tu cámara que en como ves tú. Una determinada focal te dará una determinada perspectiva, un tiempo de exposición más largo dibujará texturas que no ves realmente… en ese momento pasas a jugar con el paisaje. De representar la realidad, pasas a representar "la verdad" del paisaje. No una verdad universal y necesaria, pero sí desde luego, TU verdad… la que TÚ pretendes mostrar. A partir de ese momento el paisaje se transforma en medio para un fin, no es tan importante el paisaje "per se" que lo que pretende comunicar. Así nuestra visión fotográfica pasa a ser artística -siempre según mi opinión- ya que deja a un lado la realidad, es más, se despoja de ella para mostrarnos una verdad que estaba allí, latente.
Desde hace tiempo que los debates acerca de lo real o no de las fotografías me generan algo de malestar, soy de la opinión que las fotografías que llegan a transmitir -que nos remueven algo por dentro- se han despojado de cualquier atisbo de realidad… y nos muestran una "verdad" que estaba mucho más allá.
Espero volver en breve con más… hasta entonces, como decían en una serie televisiva de los 90's, recordad que la verdad está ahí fuera. Un cordial saludo.
sábado, 14 de mayo de 2011
A la conquista de la luz
"En última instancia, en el mundo solo hay dos categorías de personas: las que se quedan en casa y las que no. (Rudyard Kipling)."
El pasado 7/8 de mayo, cinco aguerridos montañeros (Antonio Martínez Rúa, Daniel Alamo, Francisco José Jimenez Manzano, Juan Carlos Heredero Lázaro y Vicente Benedito) y yo, nos dirigimos al Pirineo central en busca de la luz. La fotografía, quizá esta vez, era una simple excusa para reencontrarse con unos y conocer a nuevos amigos. La verdad es que el fin de semana no dio tanto fotográficamente como nos hubiese gustado, pero a pesar de los pesares, lo pasamos bien… y algo nos pudimos traer.
La primera sesión se programó en los Ibones de Villamorta, un lugar relativamente próximo a la Besurta, que es donde habíamos aparcado los vehículos. La verdad es que el amanecer prometía, pero poco a poco la mañana fue cerrándose, dejándonos unos cielos muy plomizos. Aquí quiero dejar un sentido homenaje a mi filtro polarizador… compañero de tantas aventuras, que cayó en acto de servicio, arriesgando su cristal por salvar a mi sigma 10-20 y a mi 7D… siempre había hablado maravillas de él.
Por lo que me costó, el simple hecho de que polarizara ya era un logro… si además ahora me salvó alrededor de 2000 euros, no puedo dejar de pensar que es la compra más rentable que habré hecho en mi vida. Aquí dejo la última imagen que hice con él…
Después de esto bajamos al coche a reponer fuerzas y emprendimos excursión hacia Aigualluts, la lluvia arreció y no se pudo hacer nada mínimamente decente, pero desde luego me quede con la sensación de que hay que volver y aprovechar ese lugar como se merece. Como el día -la meteo había acertado- no parecía ofrecer mucho más, decidimos bajar al pueblo de Benasque a hacer algo de turismo gastronómico… que tampoco va mal, de vez en cuando. Además planificamos el amanecer del día siguiente y, se acordó que subiríamos a los Ibones de Alba. Una excursión algo más larga, pero que nos permitirían una visión algo distinta de aquel valle.
De la ascensión prefiero no hablar -jajajaja-. Esta vez sí el día se comportó y, al despertar nos regaló unas preciosas luces… y, sobre todo, una "hora azul" preciosa. Sufrí para llegar allí, pero sinceramente, al intentar encuadrar la primera imagen ya se me había olvidado todo -o casi…-. Al acabar el espectáculo, como llegamos nos fuimos.
Los miembros de la salida que íbamos desde Cataluña -Catalunya, como se prefiera-, parecíamos no tener suficiente y decidimos para a ver si encontrábamos algo más en Montserrat. Fueron un par de horas esperando, jugando, componiendo… y, de repente, llegó… allí estaba la luz… esperando a que nosotros la inmortalizáramos.
Un recuerdo para todos los que estuvieron en Benasque y con los que tan buenos ratos pasé. Y otro para todos aquellos que por un motivo u otro no pudieron estar… esperemos que sea a la siguiente.
Espero en la próxima volver al tono más meditativo de otras entradas… ya voy tomando ideas. Buenas luces.
El pasado 7/8 de mayo, cinco aguerridos montañeros (Antonio Martínez Rúa, Daniel Alamo, Francisco José Jimenez Manzano, Juan Carlos Heredero Lázaro y Vicente Benedito) y yo, nos dirigimos al Pirineo central en busca de la luz. La fotografía, quizá esta vez, era una simple excusa para reencontrarse con unos y conocer a nuevos amigos. La verdad es que el fin de semana no dio tanto fotográficamente como nos hubiese gustado, pero a pesar de los pesares, lo pasamos bien… y algo nos pudimos traer.
La primera sesión se programó en los Ibones de Villamorta, un lugar relativamente próximo a la Besurta, que es donde habíamos aparcado los vehículos. La verdad es que el amanecer prometía, pero poco a poco la mañana fue cerrándose, dejándonos unos cielos muy plomizos. Aquí quiero dejar un sentido homenaje a mi filtro polarizador… compañero de tantas aventuras, que cayó en acto de servicio, arriesgando su cristal por salvar a mi sigma 10-20 y a mi 7D… siempre había hablado maravillas de él.
Por lo que me costó, el simple hecho de que polarizara ya era un logro… si además ahora me salvó alrededor de 2000 euros, no puedo dejar de pensar que es la compra más rentable que habré hecho en mi vida. Aquí dejo la última imagen que hice con él…
Después de esto bajamos al coche a reponer fuerzas y emprendimos excursión hacia Aigualluts, la lluvia arreció y no se pudo hacer nada mínimamente decente, pero desde luego me quede con la sensación de que hay que volver y aprovechar ese lugar como se merece. Como el día -la meteo había acertado- no parecía ofrecer mucho más, decidimos bajar al pueblo de Benasque a hacer algo de turismo gastronómico… que tampoco va mal, de vez en cuando. Además planificamos el amanecer del día siguiente y, se acordó que subiríamos a los Ibones de Alba. Una excursión algo más larga, pero que nos permitirían una visión algo distinta de aquel valle.
De la ascensión prefiero no hablar -jajajaja-. Esta vez sí el día se comportó y, al despertar nos regaló unas preciosas luces… y, sobre todo, una "hora azul" preciosa. Sufrí para llegar allí, pero sinceramente, al intentar encuadrar la primera imagen ya se me había olvidado todo -o casi…-. Al acabar el espectáculo, como llegamos nos fuimos.
Los miembros de la salida que íbamos desde Cataluña -Catalunya, como se prefiera-, parecíamos no tener suficiente y decidimos para a ver si encontrábamos algo más en Montserrat. Fueron un par de horas esperando, jugando, componiendo… y, de repente, llegó… allí estaba la luz… esperando a que nosotros la inmortalizáramos.
Un recuerdo para todos los que estuvieron en Benasque y con los que tan buenos ratos pasé. Y otro para todos aquellos que por un motivo u otro no pudieron estar… esperemos que sea a la siguiente.
Espero en la próxima volver al tono más meditativo de otras entradas… ya voy tomando ideas. Buenas luces.
jueves, 28 de abril de 2011
Mundo de Piedra: Costa Quebrada
"Con las piedras, con el viento hablo de mi reino. Mi reino vivirá mientras estén verdes mis recuerdos. (…). El viento no escucha. No escuchan las piedras, pero hay que hablar, comunicar, con las piedras, con el viento. (José Hierro)."
Me gusta pensar que detrás de todas las imágenes hay una historia, no tiene porque ser una buenas historia, pero todas las imágenes quieren contarnos algo. Si además visitamos un lugar que tiene una historia que contar el trabajo resulta bastante más sencillo.
Situada en el litoral cantábrico Costa Quebrada nos muestra de forma excepcional el resultado de una eterna lucha entre la tierra y el mar. Aproximadamente 100 millones de años de constante lucha han dado lugar a una serie de formaciones de fenomenal belleza. En aproximadamente 5km. de ese litoral encontramos islas, istmos, acantilados, ensenadas, playas… que realmente consiguen transmitirnos esa sensación de estar rodeados por un ambiente realmente único.
Por desgracia, de un tiempo a esta parte este litoral ha sufrido la potencia destructiva de otro "elemento" bastante más agresivo que el mar. La huella humana se está haciendo cada vez más patente -tanto fuera como dentro del mar-, ocupando sus prados con grandes complejos urbanísticos que desvirtúan el medio y provocan un gran impacto visual y paisajístico, vertiendo sustancias químicas al mar afectando a sus acuíferos naturales y destruyendo parte de su fauna y flora. Desde aquí mi apoyo -y mi ayuda si hiciera falta- a todas aquellas personas que están trabajando para que un rincón de tal belleza pueda mantenerse lo más virgen posible.
Pero no es solo ésta la historia que os quiero contar. Lo otra, mi historia, comenzó mucho -muchísimo- después. Hace aproximadamente seis meses visité por primera vez Costa Quebrada, fue en un recorrido de unos 15 días por la cornisa cantábrica. Los tres días que pasé allí se me hicieron cortos y en cuanto volví, tomé la decisión que volvería, aunque fuesen menos días, a disfrutar solo de aquel rincón.
Durante estos seis meses han sido bastantes horas de planificación; tener claro que playas iba a visitar, cuales se ajustaban mejor al amanecer o al atardecer, en que punto me encontraría las mareas, a que hora amanecería o anochecería, por dónde saldrá el sol, y mucho más próximo al viaje tener claro como estaría la "meteo". Como podéis ver la fotografía de paisaje es una disciplina que depende de tantas variables que dejar al azar algo más que el hecho de llegar al lugar y apretar el disparador, me parece una osadía. Afortunadamente, la era informática nos permite poder acotar bastante el marco de trabajo y, desde luego, es una herramienta que debemos aprender a aprovechar.
Me centré en tres playas: Portio, Somocuevas y La Arnía. Las tres de extraordinaria belleza y con características bastante distintas, aunque con aspectos comunes. Las dos últimas son playas básicamente de amanecer, mientras que Portio te permite fotografiarla a la salida y a la puesta del sol. Además, Portio comunica por el camino del litoral con La Arnía, a no mucha distancia -ni en espacio ni en tiempo- lo que hacía que fuese un destino ideal y habitual para muchas salidas. Somocuevas se encuentra algo más apartada, tenía en mente algunas imágenes del lugar -sobre todo una de Urtzi Vera y otra de Enrique Fernández Ferrá-, desde luego la idea era poder hacer algo similar en belleza pero distinto en aspecto. Difícil cumplir ambas premisas, jejeje… pero bueno, no está mal ser ambicioso si no se hace daño a nadie.
Disfruté infinitamente más de estos cuatro días que de los tres que pasé en verano -y eso que ya me dejaron un buen sabor de boca- por un simple motivo, no me impuse ninguna presión. Sabía que iba a un sitio precioso, pero mil veces fotografiado. En verano me obsesionaba conseguir una foto única, ver aquello que nadie había visto… una misión imposible. Esta vez simplemente quería hacer fotos… las fotos que me gustasen, las que me pidiese el lugar… y bueno, aquí os dejo lo que me traje.
Para acabar quiero acordarme Jorge Otero y Gustavo Gutiérrez, compañeros de fotonatura, con los que tuve la suerte de poder pasar una tarde más que amena. Hablando de fotografía sí, pero de muchas más cosas… que es lo que hace realmente grandes a estas vivencias. A ambos que os vaya muy bien con vuestros respectivos proyectos, fotográficos o no. También un recuerdo para Rafa Riaño, compañero de Flickr que conocí por aquellos acantilados y con quien también disfruté de agradables conversaciones. Espero que estemos en contacto para próximas "aventuras", jejeje…
Por último, una aclaración, que ya me he encontrado en situaciones comprometidas por "temas así". La fotografía vertical de Portio y la fotografía -también vertical- de La Arnía, están basadas -copiadas, inspiradas, plagiadas… como le queráis decir- en encuadres similares y anteriores de Enrique Fernández Ferrá y Asier Castro de la Fuente, respectivamente. Me gustaría que lo interpretaseis más como una muestra de admiración y respeto, que como un intento de robar nada… de todos modos, si os molesta me lo comunicáis y procederé a la eliminación. Muchas gracias.
Me gusta pensar que detrás de todas las imágenes hay una historia, no tiene porque ser una buenas historia, pero todas las imágenes quieren contarnos algo. Si además visitamos un lugar que tiene una historia que contar el trabajo resulta bastante más sencillo.
Situada en el litoral cantábrico Costa Quebrada nos muestra de forma excepcional el resultado de una eterna lucha entre la tierra y el mar. Aproximadamente 100 millones de años de constante lucha han dado lugar a una serie de formaciones de fenomenal belleza. En aproximadamente 5km. de ese litoral encontramos islas, istmos, acantilados, ensenadas, playas… que realmente consiguen transmitirnos esa sensación de estar rodeados por un ambiente realmente único.
Por desgracia, de un tiempo a esta parte este litoral ha sufrido la potencia destructiva de otro "elemento" bastante más agresivo que el mar. La huella humana se está haciendo cada vez más patente -tanto fuera como dentro del mar-, ocupando sus prados con grandes complejos urbanísticos que desvirtúan el medio y provocan un gran impacto visual y paisajístico, vertiendo sustancias químicas al mar afectando a sus acuíferos naturales y destruyendo parte de su fauna y flora. Desde aquí mi apoyo -y mi ayuda si hiciera falta- a todas aquellas personas que están trabajando para que un rincón de tal belleza pueda mantenerse lo más virgen posible.
Pero no es solo ésta la historia que os quiero contar. Lo otra, mi historia, comenzó mucho -muchísimo- después. Hace aproximadamente seis meses visité por primera vez Costa Quebrada, fue en un recorrido de unos 15 días por la cornisa cantábrica. Los tres días que pasé allí se me hicieron cortos y en cuanto volví, tomé la decisión que volvería, aunque fuesen menos días, a disfrutar solo de aquel rincón.
Durante estos seis meses han sido bastantes horas de planificación; tener claro que playas iba a visitar, cuales se ajustaban mejor al amanecer o al atardecer, en que punto me encontraría las mareas, a que hora amanecería o anochecería, por dónde saldrá el sol, y mucho más próximo al viaje tener claro como estaría la "meteo". Como podéis ver la fotografía de paisaje es una disciplina que depende de tantas variables que dejar al azar algo más que el hecho de llegar al lugar y apretar el disparador, me parece una osadía. Afortunadamente, la era informática nos permite poder acotar bastante el marco de trabajo y, desde luego, es una herramienta que debemos aprender a aprovechar.
Me centré en tres playas: Portio, Somocuevas y La Arnía. Las tres de extraordinaria belleza y con características bastante distintas, aunque con aspectos comunes. Las dos últimas son playas básicamente de amanecer, mientras que Portio te permite fotografiarla a la salida y a la puesta del sol. Además, Portio comunica por el camino del litoral con La Arnía, a no mucha distancia -ni en espacio ni en tiempo- lo que hacía que fuese un destino ideal y habitual para muchas salidas. Somocuevas se encuentra algo más apartada, tenía en mente algunas imágenes del lugar -sobre todo una de Urtzi Vera y otra de Enrique Fernández Ferrá-, desde luego la idea era poder hacer algo similar en belleza pero distinto en aspecto. Difícil cumplir ambas premisas, jejeje… pero bueno, no está mal ser ambicioso si no se hace daño a nadie.
Disfruté infinitamente más de estos cuatro días que de los tres que pasé en verano -y eso que ya me dejaron un buen sabor de boca- por un simple motivo, no me impuse ninguna presión. Sabía que iba a un sitio precioso, pero mil veces fotografiado. En verano me obsesionaba conseguir una foto única, ver aquello que nadie había visto… una misión imposible. Esta vez simplemente quería hacer fotos… las fotos que me gustasen, las que me pidiese el lugar… y bueno, aquí os dejo lo que me traje.
Para acabar quiero acordarme Jorge Otero y Gustavo Gutiérrez, compañeros de fotonatura, con los que tuve la suerte de poder pasar una tarde más que amena. Hablando de fotografía sí, pero de muchas más cosas… que es lo que hace realmente grandes a estas vivencias. A ambos que os vaya muy bien con vuestros respectivos proyectos, fotográficos o no. También un recuerdo para Rafa Riaño, compañero de Flickr que conocí por aquellos acantilados y con quien también disfruté de agradables conversaciones. Espero que estemos en contacto para próximas "aventuras", jejeje…
Por último, una aclaración, que ya me he encontrado en situaciones comprometidas por "temas así". La fotografía vertical de Portio y la fotografía -también vertical- de La Arnía, están basadas -copiadas, inspiradas, plagiadas… como le queráis decir- en encuadres similares y anteriores de Enrique Fernández Ferrá y Asier Castro de la Fuente, respectivamente. Me gustaría que lo interpretaseis más como una muestra de admiración y respeto, que como un intento de robar nada… de todos modos, si os molesta me lo comunicáis y procederé a la eliminación. Muchas gracias.
viernes, 1 de abril de 2011
Gente... normal
"Lo que me hace diferente, es lo que me hace... normal"
La gente se sorprende de que me despierte a una hora normal. Buscando un amanecer normal, con colores normales, con una luz normal... De que me guste viajar a sitios normales, con una vistas normales. Cargando pesados trastos normales. Que suela nutrirme de forma normal. Pan normal y agua normal... a veces alguna otra cosilla, también bastante normal. No se explican porque subo y bajo por sitios normales, con piedras normales y cascadas normales. No entienden que duerma en un saco normal, bajo un cielo normal, con un frío normal. Que aguante una lluvia normal...o me adentre en un bosque con una niebla normal. Les extraña que corra como un loco cuando llega un atardecer normal, con sus rojos normales y una nubes normales. Y que después de todo esto me vaya a dormir a una hora normal, para tener que despertarme y volver ...a mi vida común.
Quizá algún día me plantearé tener un hobby más normal... ...de momento seguiré haciendo fotos. Buenas Luces.
La gente se sorprende de que me despierte a una hora normal. Buscando un amanecer normal, con colores normales, con una luz normal... De que me guste viajar a sitios normales, con una vistas normales. Cargando pesados trastos normales. Que suela nutrirme de forma normal. Pan normal y agua normal... a veces alguna otra cosilla, también bastante normal. No se explican porque subo y bajo por sitios normales, con piedras normales y cascadas normales. No entienden que duerma en un saco normal, bajo un cielo normal, con un frío normal. Que aguante una lluvia normal...o me adentre en un bosque con una niebla normal. Les extraña que corra como un loco cuando llega un atardecer normal, con sus rojos normales y una nubes normales. Y que después de todo esto me vaya a dormir a una hora normal, para tener que despertarme y volver ...a mi vida común.
Quizá algún día me plantearé tener un hobby más normal... ...de momento seguiré haciendo fotos. Buenas Luces.
lunes, 14 de marzo de 2011
A la luz de los candiles
"Flotamos en el cosmos como una mota de polvo en el cielo de la mañana. (Carl Sagan)."
Y la noche cae lentamente, como un velo cansado. Me atrapa y me vuelvo calma con ella. Instantes antes todo era luz, el cielo ardía al calor del sol que ahora descansa. El nerviosismo de captar el momento se ha vuelto calma. Con la misma lentitud mis ojos se confían a la oscuridad.
De pronto, mundos ocultos aparecen ante mí. Las formas se confunden a mis pies… pero siguen ahí, brillando con una luz nueva. A veces bajo la luna, a veces sin ella… pero siempre revelando un paisaje distinto. La sobrecogedora inmensidad del cielo, me hace sentir ridículo, minúsculo. Existen pocas experiencias, pienso yo, que nos supongan tanto arraigo con nuestros orígenes como observar un cielo plagado de estrellas. Entonces no puedo evitar transportarme a otro tiempo, en que la vida era muy distinta… y los conocimientos muy pocos. Como no sentir asombro por aquella bóveda celeste, como no querer conocer sus secretos y entender sus misterios.
Después de compartir unos minutos con el infinito, de volar por planetas extraños… mi mente vuelve a la Tierra. A recorrer los caminos de siempre, con la misma luz y las mismas sensaciones de siempre. Mis pasos me regresan, llenos de vida y nuevas historias, a la civilización.
Mañana me espera un nuevo amanecer… espero que me guíe una buena estrella… igual que a vosotros.
Y la noche cae lentamente, como un velo cansado. Me atrapa y me vuelvo calma con ella. Instantes antes todo era luz, el cielo ardía al calor del sol que ahora descansa. El nerviosismo de captar el momento se ha vuelto calma. Con la misma lentitud mis ojos se confían a la oscuridad.
De pronto, mundos ocultos aparecen ante mí. Las formas se confunden a mis pies… pero siguen ahí, brillando con una luz nueva. A veces bajo la luna, a veces sin ella… pero siempre revelando un paisaje distinto. La sobrecogedora inmensidad del cielo, me hace sentir ridículo, minúsculo. Existen pocas experiencias, pienso yo, que nos supongan tanto arraigo con nuestros orígenes como observar un cielo plagado de estrellas. Entonces no puedo evitar transportarme a otro tiempo, en que la vida era muy distinta… y los conocimientos muy pocos. Como no sentir asombro por aquella bóveda celeste, como no querer conocer sus secretos y entender sus misterios.
Después de compartir unos minutos con el infinito, de volar por planetas extraños… mi mente vuelve a la Tierra. A recorrer los caminos de siempre, con la misma luz y las mismas sensaciones de siempre. Mis pasos me regresan, llenos de vida y nuevas historias, a la civilización.
Mañana me espera un nuevo amanecer… espero que me guíe una buena estrella… igual que a vosotros.
sábado, 12 de febrero de 2011
Tiempos modernos
"... somos prehistoria que tendrá el futuro... (Silvio Rodríguez)."
Me parece mentira que solo -hablo aproximadamente y, solo de cámaras con una calidad decente- 10 años después de que la fotografía digital se haya convertido en algo cotidiano, la gente se sorprenda de que aún sigamos a vueltas con conceptos como procesado, revelado, retoque, manipulación, etc.
Bajo mi punto de vista, el avance que supone es tan grande, que en muchos aspectos nos supera. Pero, de hecho, creo que el único problema está en el tiempo. Estamos acostumbrados a una idea de fotografía distinta. Ni más veraz, ni más "real". Concepto, este último, sobre el que se ha vertido y se verterá, aún, mucha tinta. Seguramente el problema está en que ya no nos traemos a casa una fotografía, sino un archivo, que cada uno, de forma personal, debe tratar en su ordenador con el programa pertinente. El hecho de tener que tratar -sí o sí- la imagen a posteriori a muchos les asusta... o por lo menos, les genera cierto recelo. Si a esto añadimos que con un programa de edición todos sabemos que se puede hacer de todo, la desconfianza aumenta exponencialmente.
Sinceramente, opino que esta controversia no debe ir más allá de la honestidad de cada uno. Quien se sienta satisfecho creando ante la pantalla una imagen ideal que jamás vivió, pues que la disfrute, simplemente partimos de planteamientos distintos. Yo prefiero vivir una escena que además pude fotografiar. Pero si se tiene la honestidad de decirse, creo que las dos mentalidades son lícitas... cada cual en su estilo.
En definitiva, seguro que esta discusión -cíclica, repetitiva, aburrida... pero existente- tiene fecha de caducidad y, ojalá no me equivoque, porque creo que nos tocará vivir con esta tecnología mucho tiempo. Prácticas que parecen aberraciones, serán de lo más habituales, y otras técnicas, hoy día, totalmente normales caerán en un desuso absoluto. Pero es el ciclo de la vida, de nosotros dependerá adaptarnos o no.
Sé que dejo muchas cosas en el tintero, pero creo que ya os he aburrido suficiente, jejeje... De todos modos, seguro que en algún momento saldrán temas relacionados. Hasta entonces, aprovechad vuestro tiempo... Buenas luces.
Me parece mentira que solo -hablo aproximadamente y, solo de cámaras con una calidad decente- 10 años después de que la fotografía digital se haya convertido en algo cotidiano, la gente se sorprenda de que aún sigamos a vueltas con conceptos como procesado, revelado, retoque, manipulación, etc.
Bajo mi punto de vista, el avance que supone es tan grande, que en muchos aspectos nos supera. Pero, de hecho, creo que el único problema está en el tiempo. Estamos acostumbrados a una idea de fotografía distinta. Ni más veraz, ni más "real". Concepto, este último, sobre el que se ha vertido y se verterá, aún, mucha tinta. Seguramente el problema está en que ya no nos traemos a casa una fotografía, sino un archivo, que cada uno, de forma personal, debe tratar en su ordenador con el programa pertinente. El hecho de tener que tratar -sí o sí- la imagen a posteriori a muchos les asusta... o por lo menos, les genera cierto recelo. Si a esto añadimos que con un programa de edición todos sabemos que se puede hacer de todo, la desconfianza aumenta exponencialmente.
Sinceramente, opino que esta controversia no debe ir más allá de la honestidad de cada uno. Quien se sienta satisfecho creando ante la pantalla una imagen ideal que jamás vivió, pues que la disfrute, simplemente partimos de planteamientos distintos. Yo prefiero vivir una escena que además pude fotografiar. Pero si se tiene la honestidad de decirse, creo que las dos mentalidades son lícitas... cada cual en su estilo.
En definitiva, seguro que esta discusión -cíclica, repetitiva, aburrida... pero existente- tiene fecha de caducidad y, ojalá no me equivoque, porque creo que nos tocará vivir con esta tecnología mucho tiempo. Prácticas que parecen aberraciones, serán de lo más habituales, y otras técnicas, hoy día, totalmente normales caerán en un desuso absoluto. Pero es el ciclo de la vida, de nosotros dependerá adaptarnos o no.
Sé que dejo muchas cosas en el tintero, pero creo que ya os he aburrido suficiente, jejeje... De todos modos, seguro que en algún momento saldrán temas relacionados. Hasta entonces, aprovechad vuestro tiempo... Buenas luces.
jueves, 27 de enero de 2011
La belleza de las cosas
"La belleza artística no consiste en representar una cosa bella, sino en la bella representación de una cosa. (Immanuel Kant)."
Quizá antes de hablar sobre técnica, composición y procesados sería conveniente dejar claro que buscamos en nuestras fotografías. Si en mente tenemos una fotografía creativa, nos enfrentaremos a tal reto de una manera totalmente distinta a si queremos algo más documental. Sería absurdo buscar un punto de vista completamente inusual si pretendemos representar una escena cotidiana.
Mi intención con respecto a la fotografía de paisaje va más encaminado a una actitud artística -no siempre conseguida, jejeje...-. Una vez tenemos esto claro, se puede ajustar de forma más precisa nuestro "marco de trabajo". Decía Charles Baudelaire que "lo irregular, lo inesperado o la sorpresa son elementos esenciales y característicos de la belleza". Pues algo así nos pasa al enfrentarnos con la fotografía creativa de paisaje. Siempre queremos esa irregularidad, esa sorpresa -ya sea en la luz, una textura, un efecto óptico...- que la haga diferente... que la pueda hacer en "algo" especial.
Pero debemos tener claro que el mayor hecho diferencial lo aportamos nosotros. Nuestro punto de vista, nuestra forma de interpretar el motivo, acabará siendo lo que genere esa imagen distinta, personal. Todo motivo tiene su foto y de nuestra capacidad dependerá que sepamos encontrársela. Desde luego, no es un reto sencillo, pero es tremendamente divertido y gratificante.
Nada más por hoy... hasta la próxima y buscad la belleza de las cosas...
Quizá antes de hablar sobre técnica, composición y procesados sería conveniente dejar claro que buscamos en nuestras fotografías. Si en mente tenemos una fotografía creativa, nos enfrentaremos a tal reto de una manera totalmente distinta a si queremos algo más documental. Sería absurdo buscar un punto de vista completamente inusual si pretendemos representar una escena cotidiana.
Mi intención con respecto a la fotografía de paisaje va más encaminado a una actitud artística -no siempre conseguida, jejeje...-. Una vez tenemos esto claro, se puede ajustar de forma más precisa nuestro "marco de trabajo". Decía Charles Baudelaire que "lo irregular, lo inesperado o la sorpresa son elementos esenciales y característicos de la belleza". Pues algo así nos pasa al enfrentarnos con la fotografía creativa de paisaje. Siempre queremos esa irregularidad, esa sorpresa -ya sea en la luz, una textura, un efecto óptico...- que la haga diferente... que la pueda hacer en "algo" especial.
Pero debemos tener claro que el mayor hecho diferencial lo aportamos nosotros. Nuestro punto de vista, nuestra forma de interpretar el motivo, acabará siendo lo que genere esa imagen distinta, personal. Todo motivo tiene su foto y de nuestra capacidad dependerá que sepamos encontrársela. Desde luego, no es un reto sencillo, pero es tremendamente divertido y gratificante.
Nada más por hoy... hasta la próxima y buscad la belleza de las cosas...
lunes, 17 de enero de 2011
Como lágrimas en la lluvia
"Yo... he visto cosas que vosotros jamás creeríais... atacar naves en llamas más allá de Orión, he visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser.
Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. (Blade Runner)"
Quizá esta famosa frase sea una de las que mejor puede explicar porque dentro de todas la ramas de la fotografía de naturaleza, la de paisaje siempre ha sido la que más me ha atraído.
Seguro que jamás llegaré al extremo de Roy Batty, pero desde luego fotografiar paisajes me ha permitido ver cosas que mucha gente -demasiada, tal vez- solo imaginaría. Y lo mejor no es lo que se ve, ni la fotografía que se consigue... hay muchísimas sensaciones que solo se viven buscándola. De hecho, en muchas de las imágenes que veréis en este blog, he disfrutando tanto pensándolas, imaginándolas... como en el momento de apretar el disparador -de hecho al verla en tu ordenador no dejas de sentir cierta nostalgia, que solo dura lo que tardas en imaginar la siguiente foto... y otra vez a currar, jejeje-. También es cierto que muchos no tendrán el menor interés en experimentarlas, pero siempre he tenido la creencia de que hay algo en nuestro código genético que hace que, con mayor o menor frecuencia, necesitemos estar en contacto con la naturaleza.
Seguramente esa consciencia de que todo es finito -o, al menos, cambiante- es de la que se alimenta nuestra necesidad de atrapar el instante... y eso es algo común a todos, hagamos después lo que hagamos con ese momento capturado.
Quizá ésta sea una manera un tanto "sui generis" de explicar porque un día decidí ponerme a cazar luces... para que todos esos momentos no se pierdan como lágrimas en la lluvia.
Hoy hasta aquí... y a ver de que hablamos en la próxima entrada. Hasta entonces... que no perdáis muchas lágrimas.
Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. (Blade Runner)"
Quizá esta famosa frase sea una de las que mejor puede explicar porque dentro de todas la ramas de la fotografía de naturaleza, la de paisaje siempre ha sido la que más me ha atraído.
Seguro que jamás llegaré al extremo de Roy Batty, pero desde luego fotografiar paisajes me ha permitido ver cosas que mucha gente -demasiada, tal vez- solo imaginaría. Y lo mejor no es lo que se ve, ni la fotografía que se consigue... hay muchísimas sensaciones que solo se viven buscándola. De hecho, en muchas de las imágenes que veréis en este blog, he disfrutando tanto pensándolas, imaginándolas... como en el momento de apretar el disparador -de hecho al verla en tu ordenador no dejas de sentir cierta nostalgia, que solo dura lo que tardas en imaginar la siguiente foto... y otra vez a currar, jejeje-. También es cierto que muchos no tendrán el menor interés en experimentarlas, pero siempre he tenido la creencia de que hay algo en nuestro código genético que hace que, con mayor o menor frecuencia, necesitemos estar en contacto con la naturaleza.
Seguramente esa consciencia de que todo es finito -o, al menos, cambiante- es de la que se alimenta nuestra necesidad de atrapar el instante... y eso es algo común a todos, hagamos después lo que hagamos con ese momento capturado.
Quizá ésta sea una manera un tanto "sui generis" de explicar porque un día decidí ponerme a cazar luces... para que todos esos momentos no se pierdan como lágrimas en la lluvia.
Hoy hasta aquí... y a ver de que hablamos en la próxima entrada. Hasta entonces... que no perdáis muchas lágrimas.
sábado, 15 de enero de 2011
Y la luz... ¡¡¡se hizo!!!
...y dibujó unos trazos sobre el papel en blanco, que siempre son los más difíciles.
Bienvenidos a este espacio, que espero sea de debate, de diálogo, de conversación... si puede decirse así; SOBRE fotografía de naturaleza.
Y creo que ese "sobre" es lo importante. He visto... y sigo, bastantes blogs "de" fotografía, pero no conozco tantos en los que hablar sobre fotografía. Y me refiero a hablar de forma natural, distendida, amena... desmitificando la fotografía como algo al alcance solo de unos seres superiores con una percepción sensorial fuera de lo común. No nos engañemos, porque es así... la fotografía está al alcance de todos, pero eso sí... hay que invertir tiempo.
La fotografía de naturaleza acaba convirtiéndose en un modo de expresarse, de pensar... y, prácticamente, de vivir (cuando estamos ocupados en ello). Pues bien, os animo a que os expreséis, a pensar y, a que expliquéis como sentís esa pasión por ella. Me gustaría que diésemos nuestra opinión sin tapujos, sin "miedos", sin reparos... pero eso sí, siempre con respeto. Ya irán surgiendo temas e ideas en los que espero que os animéis a participar.
Lo dejo aquí, amig@s... hasta la próxima entrega, buenas luces.
Bienvenidos a este espacio, que espero sea de debate, de diálogo, de conversación... si puede decirse así; SOBRE fotografía de naturaleza.
Y creo que ese "sobre" es lo importante. He visto... y sigo, bastantes blogs "de" fotografía, pero no conozco tantos en los que hablar sobre fotografía. Y me refiero a hablar de forma natural, distendida, amena... desmitificando la fotografía como algo al alcance solo de unos seres superiores con una percepción sensorial fuera de lo común. No nos engañemos, porque es así... la fotografía está al alcance de todos, pero eso sí... hay que invertir tiempo.
La fotografía de naturaleza acaba convirtiéndose en un modo de expresarse, de pensar... y, prácticamente, de vivir (cuando estamos ocupados en ello). Pues bien, os animo a que os expreséis, a pensar y, a que expliquéis como sentís esa pasión por ella. Me gustaría que diésemos nuestra opinión sin tapujos, sin "miedos", sin reparos... pero eso sí, siempre con respeto. Ya irán surgiendo temas e ideas en los que espero que os animéis a participar.
Lo dejo aquí, amig@s... hasta la próxima entrega, buenas luces.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)