lunes, 14 de marzo de 2011

A la luz de los candiles

"Flotamos en el cosmos como una mota de polvo en el cielo de la mañana. (Carl Sagan)."

Y la noche cae lentamente, como un velo cansado. Me atrapa y me vuelvo calma con ella. Instantes antes todo era luz, el cielo ardía al calor del sol que ahora descansa. El nerviosismo de captar el momento se ha vuelto calma. Con la misma lentitud mis ojos se confían a la oscuridad.



De pronto, mundos ocultos aparecen ante mí. Las formas se confunden a mis pies… pero siguen ahí, brillando con una luz nueva. A veces bajo la luna, a veces sin ella… pero siempre revelando un paisaje distinto. La sobrecogedora inmensidad del cielo, me hace sentir ridículo, minúsculo. Existen pocas experiencias, pienso yo, que nos supongan tanto arraigo con nuestros orígenes como observar un cielo plagado de estrellas. Entonces no puedo evitar transportarme a otro tiempo, en que la vida era muy distinta… y los conocimientos muy pocos. Como no sentir asombro por aquella bóveda celeste, como no querer conocer sus secretos y entender sus misterios.
Después de compartir unos minutos con el infinito, de volar por planetas extraños… mi mente vuelve a la Tierra. A recorrer los caminos de siempre, con la misma luz y las mismas sensaciones de siempre. Mis pasos me regresan, llenos de vida y nuevas historias, a la civilización.
Mañana me espera un nuevo amanecer… espero que me guíe una buena estrella… igual que a vosotros.